Avekrénides en Navidad siempre vuelve a casa. Es emocionante regresar a Zaragoza y reencontrar a la familia y amigos. Hay gente a la que no le gusta la Navidad, se ponen tristes y depresivos. Pues peor para ellos, son fechas muy señaladas y que hay que procurar vivir lo mejor posible. Carpe diem.
Uno de los lugares más entrañables para Avekrénides es ,sin duda, El Calamar Bravo, un bar de los de toda la vida y una institución para los zaragozanos y para los "foranos".
Este bar está situado en pleno centro de Zaragoza, en la calle Cinco de Marzo nº 14 y siempre es recomendable pasar por aquí para reponer fuerzas y degustar sus ricas viandas.
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Si,si dirán ustedes y ¿Qué se puede comer aquí? Pues lo más típico y lo que realmente le ha hecho famoso, son sus bocadillos de calamares bravos, auténticamente deliciosos. Con esa salsa tan especial, picante o no, que los convierte en un placer para el paladar.
Pero cuidado que no es fácil entrar aquí en hora punta, es un lugar muy muy concurrido en el que no es raro encontrarse hasta 8 camareros sirviendo sin parar en su larga barra. No es una comida elitista, al contrario, es muy popular al alcance de "bolsillos recortados" y en el que se puede degustar el elixir anticrisis que es su cerveza con limón.
Aunque no solamente de calamares vive un músico callejero, también están sus mejillones a la vinagreta, sus papas bravas, su bacalao etc,etc.
Ha perdido el olor a fritanga de antaño e incluso con suerte hasta puedes tener mesa, cosa que en el viejo local era impensable, pero sigue siendo el mejor bocata de Zaragoza.
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