MEZCLA A TU PRUDENCIA UN GRANO DE LOCURA.
Tal vez se les haya ocurrido en algún momento coger una pluma entre los dedos, de las de antes, no me refiero a una estilográfica moderna, sino a una pluma de hace siglos, una réplica perfecta de estos curiosos instrumentos de escritura.
De entrada las sensaciones te teletransportan a un tiempo de escritura sin prisa, de una depurada técnica en la que la escritura era un auténtico tesoro.
Hoy tengo la suerte de tener una de éstas en mis manos. Estoy intentando escribir algo que valga la pena y realmente es dificultoso. Entintar y escribir, son sensaciones diferentes.
En aquellos tiempos se decía que hasta el buen escribano echa un borrón. Tenían mucha razón , porque por mucho cuidado que se ponga, el dominio de la tinta es todo un arte y el exceso en la cantidad lleva inevitablemente al borrón.
Es curioso que las mejores obras literarias de la humanidad se escribieran de esta forma. Pluma, tinta y papel. A lo que hay que añadir mucho talento y paciencia. Y es que escribir de esta manera requiere un concepto distinto de la vida.
Hoy en día se escribe deprisa, deprisa. A toda velocidad dándole a la tecla sin parar. Nunca se ha escrito tanto, ni ha habido tanto tuercebotas juntando letras, muy lejos del talento de los grandes , de aquellos que amaban la escritura y utilizaban la técnica desde el corazón.
Pues hoy es su día , celebramos el día del libro y encima tienen las santas narices de firmarlos y la gente de hacer fila como borreguitos en una feria de ganado.
Yo no entiendo de tintas, ni de plumines, ni de casi nada. Tan solo me gusta escribir con mis plumas. Es un algo que nadie me puede quitar y no es por presumir, no soy tan gili...
Es solo por placer, para mí no hay comparación posible, también uso el ordenador, me adapto a lo que hay, pero en ningún caso abandonaré ese gran don que poseemos los humanos, que es escribir a mano y desde el corazón.
A un servidor le gusta mancharse las manos, la escritura imperfecta y deslizar la tinta por el papel con una pluma entre mis dedos.