Visitando el Museo Británico, Avekrénides llegó al maravilloso país de Sumer y claro no tuvo más remedio que disparar su cámara y plasmar estas impresionantes piezas que nos revelan nuestro pasado.
Siempre se ha dicho que la Historia comenzaba en Sumer por aquello de que es la primera cultura con escritura (cuneiforme). Se encontraron cientos de tablillas de arcilla escritas en una lengua desconocida y extraña que costó mucho tiempo descifrar.
Oiga, oiga Avekrénides y ¿ Dónde vivían estos tíos de la cabeza afeitada?
Pues éstas eran sus ciudades, es la antigua Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Eúfrates en lo que se ha llamado el Creciente Fértil, unas tierras muy bien regadas, el ser humano siempre busca el agua, es el bien más preciado que tenemos. Es una cultura que floreció hacia el 3.500 a.c. y para muchos era el paraíso perdido.
No se sabe muy bien de donde salieron los sumerios, hay muchas teorías incluso hay algunos que dicen que fueron ayudados por extraterrestres. Hay gente para todo. Sus vecinos los llamaban " cabezas negras " y vivían en unas ciudades muy bien organizadas y estructuradas. Ur, Uruk, Lagash, Eridu. Todas ellas estaban en el territorio del Irak moderno, si ya sabéis, el de la desgraciada guerra, así que aunque esté mal el decirlo, menos mal que estas piezas estaban en el Museo Británico porque , de lo contrario, no se si las hubiéramos visto mas.
La epopeya de Gilgamesh es de esta época, es una lectura indispensable para comprender a los sumerios y también a nosotros mismos claro. Es la narración más antigua que se conoce del ser humano y se pudo conservar precisamente por las tablillas de barro.
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