sábado, 26 de noviembre de 2016

MUSEO DE LA CIENCIA. MILÁN.



SUBMARINO DE LA MARINA ITALIANA ENRICO TODI. S-506.



El Museo de la Ciencia y Tecnología Leonardo Da Vinci es uno de los más importantes del mundo en esta materia y una visita casi obligada si estamos unos días en la ciudad de Milán.



Es un museo muy recomendable, bastante grande con unos cuantos edificios y multidisciplimar con temas tan variados como la metalurgia, la fundición, el transporte, la astronomía, la medición del tiempo, la arquitectura, el cine, la fotografía etc.

Está situado en Via San Viatore nº 21 al Sur de Milán y tiene la parada de metro prácticamente en la puerta. La entrada cuesta 11,50 euros y la verdad que merece la pena.

Como es bastante grande me centraré sobre todo en las zonas que más me gustaron para que se hagan una idea de como es.

Empezaremos con la zona dedicada al gran Leonardo Da Vinci, considerado como uno de los grandes genios de la Humanidad y un gran inventor. Su dominio de la ingeniería era increíble y en este museo se recogen las reproducciones en maqueta de muchas de sus invenciones.









Si les gusta el tema náutico como a mí, en este museo hay muchas cosas atractivas como el submarino Enrico Todi de la marina italiana que cumplido su periodo de servicio fue destinado, muy acertadamente, aquí a Milán. Fue transportado por carretera desde Cremona recorriendo toda la península. Llegó en Agosto de 2.005 y su viaje está muy documentado fotográficamente.

Su interior se puede visitar solicitando cita previa y es uno de los grandes activos de este museo, por aquí por España podían tomar ejemplo de estas buenas iniciativas, pero desgraciadamente en estas cosas damos pena.














También está representada la aviación prácticamente desde sus comienzos hasta nuestros días y me llamó mucho la atención un ejemplar original de Autogiro La Cierva C-30 de 1.934, precursor del moderno helicóptero.











Hay todo un pabellón dedicado al ferrocarril, a su evolución , a su historia y destacan sobre todo sus impresionantes máquinas de vapor.





Y para los amantes de la relojería, también hay un lugar importante en este museo con un magnífico taller conservado pieza a pieza y una gran colección de relojes de todos los tiempos.




El tema musical que a mí tanto me interesa tampoco queda nada mal con un espléndido taller de luthier, pero no crean que es una copia, es todo auténtico conservado tal y como estaba como si se hubiera detenido en el tiempo.





En definitiva un museo muy recomendable, de los que no hay que perderse en una ciudad tan bella como Milán.




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