"Amamos la belleza con mesura y amamos la sabiduría sin caer en la debilidad" (Pericles).
Míkonos es una isla griega paradisíaca, con buenas playas y mucha diversión, un lugar muy turístico en donde es fácil sentirse como en casa, pues los griegos son gente encantadora.
Sobre el mar y muy cerca del puerto hay un pequeño edificio, que no es muy visitado, discreto. Es el Museo Arqueológico de la isla . Avekrénides de paseo matutino entró por curiosidad y se dispuso a hacer unas fotos para el recuerdo, es su faceta de fotógrafo viajero.
Pero cuidado, los griegos(as) son muy estrictos con el tema del flash en sus museos. Así que si no queréis tener una experiencia desagradable con los vigilantes, apagad el flash de vuestras cámaras y disparad a pulso.
Sorprendente este pequeño museo, tiene piezas muy interesantes y a Avekrénides le gustó mucho este ánfora que vemos en la foto. Es de grandes dimensiones, parece una cerámica griega mas refugiada en un museo, pero no es así.
Clink, clink, pulsaba el obturador, pero lo que estaba viendo por su objetivo nunca antes lo había visto.
Era ni más ni menos que el famoso caballo de Troya y en una "tinaja" del siglo VII a.C. ¡Increíble! La Odisea narrada en una cerámica. Avekrénides había estado en el omphalos, había subido el Monte Parnaso, pero esto era demasiado.
Este es el comienzo de nuestra cultura, porque, por si no lo habían notado, nosotros somos los griegos.
En tiempos tan vulgares, desterrados el griego y el latín de nuestras escuelas, olvidamos poco a poco nuestros orígenes. Sin duda, están intentando borrar nuestra auténtica cultura en un mundo cada vez más tecnificado y tiene narices que encima los bárbaros del norte presuman de "democracia".