EL SIBARITA.
Hacía tiempo que quería visitar este establecimiento pues tiene muy buena fama en Zaragoza y como todas las cosas buenas se transmiten, boca a boca.
Como verán por la foto de arriba, en su fachada no pone restaurante, se anuncia como casa de comidas. Ese es un detalle que me gusta mucho y que predice bastante lo que vamos a encontrar en su interior.
Un local muy acogedor y una mesa bien montada con mantelería de hilo que poco a poco por desgracia va desapareciendo de muchos restaurantes.
Tiene menú del día, que es el que probamos y un menú de degustación.
Para empezar un buen vino del Somontano, blanco, servido en cubeta con hielo, frío como mandan los cánones. Está muy bueno este Glárima, claro que lleva Gewürztraminer y estos vinos son los blancos que más me gustan.
La carta es muy variada tanto en primeros platos como en segundos con carnes y pescados. Pero a mí, si hay algo que me puede es un buen plato de huevos rotos. Con su yema tierna y su buen jamón serrano. Fantástico plato para empezar una comida. Todo en su punto.
Nos habían dicho que en esta casa de comidas servían muy buenos arroces. El arroz no es fácil cocinarlo bien y mucho menos que te lo sirvan en su punto en un restaurante. Ultimamente no había tenido mucha suerte con esto. Pero en Wenceslao mi suerte cambió.
Elegimos un arroz cremoso de bacalao y carabineros. Servido en una paellera para dos. Genial. Hacía mucho pero mucho tiempo que no comía un arroz tan sabroso y tan en su punto. Una suave sinfonía de sabores a mar. Estaba tan bueno que hasta repetí cosa que no suelo hacer mucho.
Una buena comida necesariamente tiene que terminar con un gran postre, algo que esté a su altura y que no desmerezca al menú.
Elegí un helado de queso Idiazábal con membrillo. Me habían hablado muy bien de este postre y créanme estaba excelente. El postre en mi opinión marca la altura del restaurante y este helado dejó el listón muy alto.
Sabor equilibrado, queso y membrillo magnífica pareja de baile La la land.
El servicio fue muy bueno, es una cosa en la que me fijo mucho pues me agrada que me sirvan la comida con educación y estilo, cosa que por desgracia se va perdiendo en muchos sitios.
Una excelente casa de comidas que les recomiendo tanto si son de Zaragoza como si están de visita en la ciudad. Una relación calidad precio que a mi juicio y paladar es muy buena pues nos costó el menú 18,50 euros por persona y a cambio tuvimos una comida muy rica y mejor servida.
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