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jueves, 21 de agosto de 2014

El Tesoro de Abuquir. Museo C.Gulbenkian.Lisboa.





Si hay un museo en Lisboa que en ningún caso y repito " en ningún caso " hay que perderse, ese es el Calouste Gulbenkian. Instalaciones modernas, una impresionante colección de arte de todos los tiempos y una magnífica cafetería-restaurante, elemento básico para hacer un descanso y reponer fuerzas.
Una de las joyas que este museo posee, es parte del llamado Tesoro de Abuquir. Abuquir está en Egipto, en la zona del delta del Nilo. No se sabe el lugar exacto donde apareció el tesoro, una pena para su estudio arqueológico, aunque parece que fue hacia 1902.
 Es una parte de Egipto de clara influencia griega desde la Antiguedad. Por eso la mayoría de las piezas se vendieron a griegos que vivían en las ciudades del Delta.

 


Aparecieron más de 600 áureos romanos, datados en la época de Severo Alejandro a Constancio I (222-306 d.c.), de 18 a 20 lingotes de oro y los famosos 20 Medallones de Alejandro.
De los 20 medallones 11 están en el Gulbelkian, vistos a pocos centímetros son impresionantes, algo único y Avekrénides no perdió tiempo, fotografiándolos con gran placer.
Son estas fotografías sumamente bellas que tiene el gusto de compartir, pero que son tan solo un reflejo del natural.








Contemplar los medallones es como introducirnos en el mundo alejandrino y en un mundo romano en el que el líder macedonio era un auténtico dios.
Las imágenes describen las virtudes militares y legendarias de Alejandro. Los medallones de Abuquir son piezas muy raras, tienen distintos pesos y no corresponden con ninguna acuñación oficial romana. En cuanto a su finalidad, todo son especulaciones. El único emperador romano que aparece en uno de ellos es Caracalla.





El resto son representaciones de Alejandro, con yelmo ático, diademado, con armadura e incluso hay un medallón con la imagen de su madre Olimpia.

Lisboa puede presumir, gracias a la colección Calouste Gulbenquian, de ser la única ciudad en el mundo donde se pueden admirar tantos medallones romanos. Claro que para los muy aficionados a la numismática, Avekrénides recomienda acercarse hasta allí y contemplarlos en directo. Muchas cosas os cambiarán en la cabeza.

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