Después de toda una larga mañana, visitando la espectacular montaña de Sintra y sus no menos magníficos castillos, tocaba reponer fuerzas y elegimos el restaurante más típico y bohemio de la villa.
El Café Paris, está situado en el centro del casco histórico de Sintra, justo enfrente del Palacio Nacional , su terraza normalmente está abarrotada de turistas, pero no tuvimos que esperar demasiado, porque además ya era un poco tarde para el horario de comidas portugués que es más "europeo" que el español.
Sintra es un lugar muy, muy turístico y como normalmente pasa en todos los sitios de este estilo, comer suele ser caro. Pero vaya de antemano decir que en Portugal se come muy bien. Los platos son abundantes, a prueba de los más comilones.
Pues bien, pedimos la carta y nos pusimos a ello. Avekrénides pensó en un primer plato ligero, refrescante, veraniego. Así que eligió una ensalada de atún.
Y ciertamente la idea no era mala, solo que esta ensalada nos sorprendió totalmente hasta el punto que pensamos que se habían equivocado de plato.
Resultó que el atún estaba escondido debajo de una densa capa de alubias. Era una ensalada muy consistente y muy rica. Quedó muy satisfecho con este primero.
Pensar en un segundo plato en Portugal y no elegir un bacalao en una de sus innumerables recetas, es un auténtico pecado. Así que Avekrénides eligió el más internacional,el Bacalhau à Brás.
No fue mala elección, desde luego que no, estaba muy bueno de sabor y se notaba que estaba recién hecho. El bacalao desalado se acompaña de huevos revueltos, patata frita muy fina, aceitunas, perejil y su aspecto tiene que ser dorado.
Excelente este plato y Avekrénides ahora si, quedó completamente satisfecho. Estábamos tan llenos que no pedimos postre, pero si una bica, un café intenso que también llaman cimbalino y que es capaz de resucitar a un muerto.
Desde El mundo de Avekrénides, el sibarita recomienda comer en el Café París. La carta es muy variada, el servicio impecable, de lo mejor. Teniendo en cuenta lo que es Sintra el precio del cubierto no es desorbitado.
Por ello le otorgamos las Tres estrellas Miguelín.
No fue mala elección, desde luego que no, estaba muy bueno de sabor y se notaba que estaba recién hecho. El bacalao desalado se acompaña de huevos revueltos, patata frita muy fina, aceitunas, perejil y su aspecto tiene que ser dorado.
Excelente este plato y Avekrénides ahora si, quedó completamente satisfecho. Estábamos tan llenos que no pedimos postre, pero si una bica, un café intenso que también llaman cimbalino y que es capaz de resucitar a un muerto.
Desde El mundo de Avekrénides, el sibarita recomienda comer en el Café París. La carta es muy variada, el servicio impecable, de lo mejor. Teniendo en cuenta lo que es Sintra el precio del cubierto no es desorbitado.
Por ello le otorgamos las Tres estrellas Miguelín.
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